Después, por lo que se ve, de unos días de terrible enfermedad y sin salir de su queridacasanueva (sospecho que después del encierro ya no tan querida), regresó, entre tosijones y frases graciosas, mi antiguo sol de soles.
Es curioso como con el paso del tiempo (vaya de los meses), y a pesar de viajes a Madrid, y historietas varias, todavía no consigo mirarle a los ojos sin preguntarme aunque solo sea una vez, lo que le estará pasando por esa cabezita suya que tanto me gusta acariciar. Y sigo sin poder resistirme a mirarle constantemente de reojo.
Sin embargo, es como si de repente, esa perilla, fuente de tantos y tantos comentarios, estuviera perdiendo la fuerza que tenía en mi cabeza.
Y no me preocupa que pueda pensar de mi, o si me vará guapa o no, incluso soy capaz de decirle sin ningún reparo y sorprendiéndome a mi misma, y sin pararme a pensar en dobles sentidos, que yo podría ser la fuente de los bixitos que puede tener en la garganta (que tienen de uno a dos meses de incubación, explico intentando en vano arreglarlo, siendo todo lo coherente que puedo cuando lo veo ponerse rojo, y veo que la frase que acabo de decir tiene más lógica de lo que yo pretendía...).
No entiendo que significa todo esto, tal vez ya nada, pero sea por lo que sea hoy fue un día nubladísimo, en el que aunque no acabó de salir el sol (y es que tosía), pero se hizo luminoso entre teorías del delito, tipos de dolo y esos ojos suyos (entre negros y brillantes -no se sabe muy bien si por ellos mismos o por guardar tras ellos los dichosos bixitos-, que no hace mucho no podía mirar directamente sin cegarme, y que hoy, miro sin parar, entre magnetizada y curiosa por descubrir en mi misma el secreto que hace tan poco me guardaban).
1 comment:
te gustan los bixitos eh guarritaaa :***
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