Última parada, señores.
Atrás quedaron los niños verdes en Chueca, las niñas que dicen lo que piensan sin pensar lo que dicen, los ojos grandes -a menudo rojos del humo-, los ojos verdes, los bixitos en la garganta y los besitos por la mañana -en el cuello, porfavor-. Las cervezas, y el descubrir con sorpresa que uno se puede llegar a cansar de las tapas -incluso de un buen plato de bravas-, el frio polar y las risas.
Risas, risas y risas.
Si cierro los ojos y intento recordar es lo primero que me viene a los oídos. Esas voces tan familiares intentando articular palabra sin ahogarse entre carcajadas.
Recordemos ...
Y si pienso un poquito más, el sabor de la cerveza. Y si miro un poquito más adentro, el calor de las sábanas del hostal del agua helada, la respiración fuerte de ese, al lado, de alguien que ronca solo si duerme boca arriba ... y los taxistas de Madrid; que huelen a fresa àcida y son profesores.
Intentant ordenar els pensaments en una tornada repentina a la meva realitat...
I si els tanco amb més força sento pessigolles a cau d'orella -shhhhh, ........ poquet a poquet-, oloro el fum intens dels cigarros entre fusta quebrada sota els peus d'un home que es torna verd amb els dies, i el tacte suau de la pell calenteta i el so dolç de la veu de matinada...
Bufffff, recordo que recordaré...
.... la tranquilitat, la llibertat absoluta, la fresqueta a la cara en sortir del metro, la caloreta del sol y l'aroma salat dels bars de tapes als migdies.
Ara potser si que es veritat allò de "cualquier tiempo pasado fue mejor" ... y només se'm passa pel cap esboçar un somriure d'orella a orella y dir el veu molt baixeta, només per sentirme a mi mateixa; "y lo que me queda por vivir".
1 comment:
Precioso.
Como tú.
Un besito
(P.d: ¡¡¡agh.. no puedo estudiar!!!)
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