Y aqui estoy, en las nubes, sobrevolando el recuerdo de ese mar en el que tanto me gusta perderme, y del que ahora sin ti, la niña brújula, intento no perder de vista, por si no sé regresar. Por si no quiero regresar.
Y aqui, aunque el frío haga nacer el baho tras las ventanas, me siento agusto, calentita, como si no fuera jamás a ocurrirme nada malo. E intento no perder el sur de vista, mi norte al fin y al cabo, porque sé que un dia despertaré y todo, TODOS, habrán sido un sueño.
Y aqui estoy en las nubes sin querer despertar.
Wednesday, October 22, 2008
Friday, May 09, 2008
TODO
TODO
TODO
TODO
y lo supe TODO.
Y todo, de repente, se volvió aburrido,
todo lo que tan firmemente creí creer dejó de ser firme,
todo lo que acostumbraba a sentir desapareció como si jamás lo hubiera sentido,
todo lo que veía en tu mirada quise dejar de verlo;
y todo lo que supe tener seguro, de repente, me dió igual;
porque TODO se volvió aburrido.
Perdí de vista mi planeta, y mirándome de nuevo desde arriba, de pronto me di cuenta que no sabía encontrar mi sol.
Espero que sea tan sólo el hastío pasajero de quién necesita volver a sentirse vivo (porque si no, entonces sí seré NADA).
Saturday, March 01, 2008
Y de nuevo salió el sol hasta las 7 de la tarde, y llegó el mediobuentiempo y el etres académico.
Redescubrí porque la lengua inglesa nunca se me resistió, y miraré hacia esos paisestanbajos con el recelo y la ilusión del que nunca salió del huevo.
Y como llegó el mediobuentiempo empezaremos a salir de nuestras casas como los osos de las cuevas y ...
llegaran los día como mañana en que volveré a preguntarme si somos de una tierra extraña, a la que le gusta comer cebollas pequeñitas porque sí y sin más, compitiendo por ver quién es capaz de mancharse menos de ceniza mientras las sumergimos en una salsa que nadie acaba de saber muy bien como se hace, y que habrá fabricado alguna madre amantísima y caritativa que pensó que no estaba bien que nos empachásemos a cebollas sin más.
Y a media tarde, cuando llevemos tropecientas horas jugando a algún juego de cartas que alguien le contó a algún primo del amigo de un colega, con el estómago macerando una mezcla genuina de 600 minicebollas y unos cuantos litros de cerveza, alguien se preguntará qué coño es lo que nos tanto nos encanta de estar ahí sentados oliendo mal y riendo sin parar; y entonces me responderé a mí misma que lo que me encanta de la situación es saber valorar que puedo vivirla.
Vos estimu
Redescubrí porque la lengua inglesa nunca se me resistió, y miraré hacia esos paisestanbajos con el recelo y la ilusión del que nunca salió del huevo.
Y como llegó el mediobuentiempo empezaremos a salir de nuestras casas como los osos de las cuevas y ...
llegaran los día como mañana en que volveré a preguntarme si somos de una tierra extraña, a la que le gusta comer cebollas pequeñitas porque sí y sin más, compitiendo por ver quién es capaz de mancharse menos de ceniza mientras las sumergimos en una salsa que nadie acaba de saber muy bien como se hace, y que habrá fabricado alguna madre amantísima y caritativa que pensó que no estaba bien que nos empachásemos a cebollas sin más.
Y a media tarde, cuando llevemos tropecientas horas jugando a algún juego de cartas que alguien le contó a algún primo del amigo de un colega, con el estómago macerando una mezcla genuina de 600 minicebollas y unos cuantos litros de cerveza, alguien se preguntará qué coño es lo que nos tanto nos encanta de estar ahí sentados oliendo mal y riendo sin parar; y entonces me responderé a mí misma que lo que me encanta de la situación es saber valorar que puedo vivirla.
Vos estimu
Friday, February 08, 2008
Y de repente, empecé a verlo todo desde lejos, mi vida desde la barrera, como si no fuera yo la que la estuviera viviendo, como si siempre hubiera pensado que los sueños jamás se cumplen; como si ahora me diera miedo volar en la dirección adecuada.
Y tal vez sea que la mediocridad de mi rutina medio escogida medio inducida, fuera, de repente más cómoda que poder llevar a cabo ya las decisiones que tomé hace tanto tiempo.
Y miro a mi alrededor y todo parece haberse detenido pero yo, que no puedo dejar de soñar despierta, aterrorizada por los cambios, pero con la convicción de que necesito respirar otros aires para no morirme ahogada, me miro de nuevo desde arriba y decido no dejar de correr...
Ahora puede que la caída sea desde las alturas.
Y tal vez sea que la mediocridad de mi rutina medio escogida medio inducida, fuera, de repente más cómoda que poder llevar a cabo ya las decisiones que tomé hace tanto tiempo.
Y miro a mi alrededor y todo parece haberse detenido pero yo, que no puedo dejar de soñar despierta, aterrorizada por los cambios, pero con la convicción de que necesito respirar otros aires para no morirme ahogada, me miro de nuevo desde arriba y decido no dejar de correr...
Ahora puede que la caída sea desde las alturas.
Friday, January 18, 2008
Y bailó hasta que le sangraron los pies, como si de repente se hubiera propuesto usar aquellas punteras que abandonó, no hace tanto, en el armario donde escondía lo que siempre quiso ser.
Y de repente dejó de marearse y consiguió centrar la vista, y se encontró de nuevo, con aquella cara ahora transformada por las vicisitudes de los (poquitos) años que vivió, y por los grandes anhelos que solía suspirar; con aquella mirada irónica del que pone los pies en la tierra y por fin se atreve a caminar.
Y salió a la calle y pudo sentirse por fin la reina del mundo, y nunca más volvió a mirar al suelo, y miró al mar como si jamás lo hubiera visto, y respirando aquel aire calentito y salado que solo son capaces de notar los que nacieron de la arena, ... Te volviste a aparecer, tembloroso, y ya nunca pudiste volver a mirale el pelo al anochecer, porque de repente se volvió luz,... y te quemaste.
Y de repente dejó de marearse y consiguió centrar la vista, y se encontró de nuevo, con aquella cara ahora transformada por las vicisitudes de los (poquitos) años que vivió, y por los grandes anhelos que solía suspirar; con aquella mirada irónica del que pone los pies en la tierra y por fin se atreve a caminar.
Y salió a la calle y pudo sentirse por fin la reina del mundo, y nunca más volvió a mirar al suelo, y miró al mar como si jamás lo hubiera visto, y respirando aquel aire calentito y salado que solo son capaces de notar los que nacieron de la arena, ... Te volviste a aparecer, tembloroso, y ya nunca pudiste volver a mirale el pelo al anochecer, porque de repente se volvió luz,... y te quemaste.
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